martes, 9 de agosto de 2011

Tú, y un muffin para desayunar.

 Por todas esas veces que hemos pensado, ¡Si! está vez es él. ¡Estoy segura de que va a ser para siempre! tu corazón no piensa y tú sólo actúas. Le quieres, el sentimiento es cierto pero no deja de ser encantadoramente ingenuo. Sólo eres una niña; te dice el subconsciente, lo sabes, pero ¿por qué escuchar? si por fin es mejor la realidad que la ficción.
Y tú, cansada de quedarte en casa haciendo caso a tu cerebro, te subes sobre tus tacones favoritos y vas a por él.
Es perfecto, él lo es incluso sus defectos lo son, en tu estomago las mariposas nunca habían sido tán grandes ni habían aleteado tán fuerte, cuando te llama, o cuando estas a punto de verlo, claro que todo se calma cuando estas entre sus brazos, el tamaño de tu sonrisa crece considerableme
nte al verlo por tu ventana o simplemente al leer algo que te ha enviado y esa es una de las muchas razones por las que piensas de esa manera.
Y aun que todo vaya sobre ruedas tú te preguntas como se sentirá él, y probablemente, a él esto le haga tanta ilusión como a ti, pero, ingenua niña te diré, que tu cabeza tenía razón, que como vino se irá, fugaz y letal, devastador, arrasador, dejando nada a su paso, por que no fuiste su primera chica, ni serás la última.
atentamente, tu pepito grillo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario